Las tres vendedoras de seguros están haciendo su trabajo en un pueblo rural. De repente llovió mucho y los mojó a todos. Como no trajeron paraguas, los tres tuvieron que evitar temporalmente una posada de aguas termales cercana. Desafortunadamente, el agua de lluvia hizo que la ropa de oficina se pegara a sus cuerpos, volviéndola casi transparente, la ropa interior de los tres quedó expuesta a los hombres que durante tanto tiempo habían carecido del gusto de las mujeres. La ropa interior seductora y los cuerpos seductores han hecho que estos hombres ya no puedan controlarse. Intentaron atraer a cada persona a un lugar apartado para satisfacer sus deseos sexuales. El almacén, en el auto, en las aguas termales. Y luego los tres tuvieron que soportar el coito físico, momentos aparentemente interminables del infierno...
